miércoles, 13 de febrero de 2008
lunes, 11 de febrero de 2008
Río, Río,Río! (Parte I)
Rio de Janeiro
Lograr caminar interminables horas por las largas calles de Río continúa siendo agotador pese a sus infinitas posibilidades de alimentar la pupila, aún no logro acostumbrarme al asombro que me causan los diseños variados de las lozas rectangulares de mármol que componen sus eternas calles; la muchedumbre descamisada en sus havallanas y con el chingue puesto deambula de lado a lado sin conocer de pudor alguno, al contrario, la juventud y belleza de los cuerpos ávidos de sol se confunden con el endemoniado tráfico que velozmente circula sin parar. Son constantes los acentos intercontinentales, aunque predomina el sonoro y melodioso portugués, algo de inglés (De Londres), un poco de Francés y algo de Italiano, Español pocón, excepto los dos Bolivianos que conjuntamente con dos Brasileros cantan en la Playa de Copacabana algunos covers de salsa y música de Maná. Un grupo de Krisnas, como unos treinta, pasan haciendo una algarabía como en cualquier parte del mundo, con sus platillos de cobre y sus túnicas azafrán. Ya se acerca la hora de ir a la esquina a tomar el Asaí, (Se escribe con la C francesa pero mi PC no la trae) una especie de granizado muy fino de una fruta típica y creo que única del trópico Brasilero, parecida a una uva pequeña, dicen que con efectos afrodisíacos!, la verdad creo yo, que tal efecto es patognomónico (Inherente) a Río, per sé. En esta ciudad se respira sexo todo el día, el “tufo marino” que describe Juanguillermo Alvarez, es permanente, y no es una simple asociación mental. Todo el mundo piensa en sexo todo el día, sin importar la edad ni la hora, y cuando no lo hacen, hablan, de futbol y de carnaval, porque aquí a parte de patear el cuero, y tirar, el tercer deporte nacional es sambar.
El sambódromo arranca a las 7pm y cierra a las 7am del día siguiente, y desde que desfila la primera escuela de samba hasta que sale la última, pueden quemarse todas las calorías de un año, delante de mí estuvo una señora de unos 70 años que no paró en toda la jornada, parecía drogada, mientras que los gringos (Aquí el que no sea criollito es gringo, no importa de dónde sea) no duramos más de 20 minutos moviéndonos.
Hablan de atletas que contratan las escuelas de samba para que samben durante el recorrido que puede durar entre 45 y 60 minutos (No pueden se más ni menos porque los descalifican) y que luego se cambian de indumentaria para desfilar con otra escuela.
La cerveza (Se pronuncia cerveya, y se escribe cerveja) es la primer palabra que aprende cualquier visitante, y la que más se vende se llama Skol de 473 ml, y cuesta unos tres reais (Reales), que son más o menos tres mil pesitos.
La comida es deliciosa si se aprende a comer en los sitios correctos, de lo contrario es horrible. Existen restaurantes donde venden pesado lo que se ordena, tipo bufet, cada 100 gramos pueden costar entre 2,50 y 4,50 reales, dependiendo si solo se sirven carnes y ensaladas o sushi, y existen los corrientasos entre 6 y 10 reales, dominados por los chinos.
Mujeres, las hay de todos los colores y sabores, como en botica, es muy común verlas en grupos multiétnicos como los ángeles de Charlie, una rubia, la otra asiática, la negra y la morena o una peliroja, se ven impactantes la primera vez, luego se vuelven comunes, sin embargo predominan las rubias clonadas, todas son iguales, nariz respingada, piel de durazno, pezones rosados, ojos azul profundo, labios delgados, 32 o 34B, largas piernas, prototipo modelos Elìte al final terminan convirtiéndose en parte del paisaje cotidiano.
Las cariocas no pasan inadvertidas jamás, le ganan la guerra a las rubias insípidas y culichupadas, con su porte y seguridad innata, se contonean de manera descomunal, batiendo el trasero como si bailaran, las demás no tienen nada que hacer, la raza se impone, la finura y el glamour se compensan con swing, con esencia, con ritmo, con sabor, con voluptuosidad generosa, con sonrisas, con miradas claras y carnes duras, mucho diente, mucha nalga.
El casting para las damas no está nada mal, aquí se le rinde tributo al músculo y al six pack, se tiene o no se tiene.
Lograr caminar interminables horas por las largas calles de Río continúa siendo agotador pese a sus infinitas posibilidades de alimentar la pupila, aún no logro acostumbrarme al asombro que me causan los diseños variados de las lozas rectangulares de mármol que componen sus eternas calles; la muchedumbre descamisada en sus havallanas y con el chingue puesto deambula de lado a lado sin conocer de pudor alguno, al contrario, la juventud y belleza de los cuerpos ávidos de sol se confunden con el endemoniado tráfico que velozmente circula sin parar. Son constantes los acentos intercontinentales, aunque predomina el sonoro y melodioso portugués, algo de inglés (De Londres), un poco de Francés y algo de Italiano, Español pocón, excepto los dos Bolivianos que conjuntamente con dos Brasileros cantan en la Playa de Copacabana algunos covers de salsa y música de Maná. Un grupo de Krisnas, como unos treinta, pasan haciendo una algarabía como en cualquier parte del mundo, con sus platillos de cobre y sus túnicas azafrán. Ya se acerca la hora de ir a la esquina a tomar el Asaí, (Se escribe con la C francesa pero mi PC no la trae) una especie de granizado muy fino de una fruta típica y creo que única del trópico Brasilero, parecida a una uva pequeña, dicen que con efectos afrodisíacos!, la verdad creo yo, que tal efecto es patognomónico (Inherente) a Río, per sé. En esta ciudad se respira sexo todo el día, el “tufo marino” que describe Juanguillermo Alvarez, es permanente, y no es una simple asociación mental. Todo el mundo piensa en sexo todo el día, sin importar la edad ni la hora, y cuando no lo hacen, hablan, de futbol y de carnaval, porque aquí a parte de patear el cuero, y tirar, el tercer deporte nacional es sambar.
El sambódromo arranca a las 7pm y cierra a las 7am del día siguiente, y desde que desfila la primera escuela de samba hasta que sale la última, pueden quemarse todas las calorías de un año, delante de mí estuvo una señora de unos 70 años que no paró en toda la jornada, parecía drogada, mientras que los gringos (Aquí el que no sea criollito es gringo, no importa de dónde sea) no duramos más de 20 minutos moviéndonos.
Hablan de atletas que contratan las escuelas de samba para que samben durante el recorrido que puede durar entre 45 y 60 minutos (No pueden se más ni menos porque los descalifican) y que luego se cambian de indumentaria para desfilar con otra escuela.
La cerveza (Se pronuncia cerveya, y se escribe cerveja) es la primer palabra que aprende cualquier visitante, y la que más se vende se llama Skol de 473 ml, y cuesta unos tres reais (Reales), que son más o menos tres mil pesitos.
La comida es deliciosa si se aprende a comer en los sitios correctos, de lo contrario es horrible. Existen restaurantes donde venden pesado lo que se ordena, tipo bufet, cada 100 gramos pueden costar entre 2,50 y 4,50 reales, dependiendo si solo se sirven carnes y ensaladas o sushi, y existen los corrientasos entre 6 y 10 reales, dominados por los chinos.
Mujeres, las hay de todos los colores y sabores, como en botica, es muy común verlas en grupos multiétnicos como los ángeles de Charlie, una rubia, la otra asiática, la negra y la morena o una peliroja, se ven impactantes la primera vez, luego se vuelven comunes, sin embargo predominan las rubias clonadas, todas son iguales, nariz respingada, piel de durazno, pezones rosados, ojos azul profundo, labios delgados, 32 o 34B, largas piernas, prototipo modelos Elìte al final terminan convirtiéndose en parte del paisaje cotidiano.
Las cariocas no pasan inadvertidas jamás, le ganan la guerra a las rubias insípidas y culichupadas, con su porte y seguridad innata, se contonean de manera descomunal, batiendo el trasero como si bailaran, las demás no tienen nada que hacer, la raza se impone, la finura y el glamour se compensan con swing, con esencia, con ritmo, con sabor, con voluptuosidad generosa, con sonrisas, con miradas claras y carnes duras, mucho diente, mucha nalga.
El casting para las damas no está nada mal, aquí se le rinde tributo al músculo y al six pack, se tiene o no se tiene.
sábado, 9 de febrero de 2008
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